Muchos dirán de manera irreflexiva, imprudente y desinformada que no se
puede hacer absolutamente nada contra los embates de la naturaleza: pero, damas
y caballeros, eso es totalmente inexacto y fraudulento. Claro que sí se puede
hacer absolutamente muchísimo; y ello le corresponde a las entidades públicas
(municipalidades distritales, provinciales, gobiernos regionales) y entidades
privadas (Claro, Movistar, Entel), siempre y cuando, estos tengan planes de
contingencia y prevención. Es de irresponsables e ignorantes remarcar que “ante
los desastres naturales no se puede hacer nada”, como lo señaló el eterno e
ineficiente alcalde de Chosica, Luis Fernando Bueno Quino.
¿Para qué sirve un plan de contingencia y prevención? Precisamente para
evitar y reducir las embestidas de la naturaleza que en muchas ocasiones
devienen en forma de lluvias torrenciales, tormentas eléctricas, inundaciones,
huaicos, terremotos; como lo hacen algunos países vecinos, sin ir muy lejos,
Chile actúa correctamente —dentro de su geografía—, ante terremotos de gran
escala, reduciendo hasta en un 58 % la ferocidad del movimiento telúrico.
Obviamente ello es de aplaudir, o como el país del Norte, Ecuador que también
es afectado por ‘el niño costero’, pero no está siendo duramente golpeado como
el Perú, y eso ocurre, ya que esa gobierno ha protegido a su población,
construyendo muros de contención para evitar el desbordamiento de sus ríos,
reforzando de manera técnica y profesional las riberas de los mismos, limpiando
constantemente las quebradas y prohibiendo de manera firme de que se construyan
viviendas en zonas de alto riesgo. El río no nos está invadiendo, la naturaleza
no se ha ensañado con nosotros, nosotros hemos invadido el cauce natural de los
ríos, y la naturaleza está actuando de manera cíclica.
Y por último: las comunicaciones, especialmente el envío de mensajes de
texto a los familiares y a las autoridades para reportar emergencias han fallado
nuevamente, como en el terremoto ocurrido —en el año 2007—, en el sur de Perú
(Pisco, Ica y Nazca). Estas prolongadas averías dejaron prácticamente
incomunicados a las zonas de emergencia del norte del país, y eso representa un
altísimo peligro: puesto que no hay comunicación y ello podría cobrar la vida
de miles de personas, ya que los ciudadanos no tienen como enterarse de la
devastación. Repito, el no tener comunicación en una zona de emergencia es
igual de peligroso que un feroz huaico a alta velocidad.
Lamentablemente las
operadoras móviles no han cumplido con su palabra, ya que estas compañías al
momento de renovar contrato con el Estado se comprometieron a destinar elevadas
sumas de dinero para los planes de contingencia y prevención; y así nunca dejar
incomunicados por más de 48 horas a las zonas de emergencia. Por ese motivo,
creo firmemente que Claro, Movistar y Entel van a tener que publicar cuales han
sido los planes y programas de contingencia y prevención para responder a la
altura de este anunciado fenómeno. Estas empresas han tenido casi 10 años para
prepararse y nos fallaron nuevamente. Ahora bien, la empresa Bitel fue la única
operadora móvil que ayudó a la ciudadanía trujillana. ¿Cómo es posible que una
empresa nueva y pequeña como Bitel haya estado a la altura y las
multimillonarias Movistar, Claro y Entel hayan colapsado? Honestamente, no
logro entender.
Créditos: Omar Suriel/http://tiempo26.com
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